AMAR es abrirse, es recuperar nuestro compromiso con los demás y conectar con lo mejor de cada uno de nosotros. Amar es conocerse a sí mismo, respetarse, quererse y ofrecerlo, compartirlo con los demás. Amar es sentir, sentir emociones. Emociones que implican energía para actuar, en relación a un amigo, pareja, madre, compañero..., para llevarnos a la acción. Esa acción es el reflejo exterior de lo que el sentimiento promueve en nuestro interior. Eso es lo que lo hace especial, el compromiso con alguien a quien amas, lo que se llega a hacer por esa persona. Por ello, el amor no se limita a la pareja ni es un patrimoni exclusivo de madres abnegadas. Se ama a los amigos, a los padres, al prójmo y a la humanidad.
ES SOLO CON EL CORAZÓN, CON EL SENTIMIENTO SINCERO DE QUERER MUCHO A ALGUIEN Y CON NUESTROS CUIDADOS, QUE TRANSFORMAMOS AL OTRO EN UN SER DISTINTO Y ESPECIAL PARA NOSOTROS.
Había una vez una vaca que no daba leche. Los dueños de la granja llamaron a distintos expertos, probaron con distintas teorías, máquinas y formas, intentaron ordeñarlas con guantes, manos aceitadas... con esto y con lo otro. Pero la vaca, que siempre había sido muy lechera, seguía sin dejar salir una gota.
Decidieron, como último recurso, llamar a un terapeuta de animales. Apenas el hombre llegó, pidió que le contaran la situación.
Después de pensar unos minutos, el psicólogo animal pidió a la persona que solía ordeñar la vaca que se pusiera debajo de las urbres, como para ordeñarla normalmente...
El psicoterapeuta se acercó a la vaca, le levantó una oreja y le dijo algo en voz baja. A una señal suya, el otro comenzó a ordeñarla y, para sorpresa de los presentes, la leche empezó a fluir. Todos aplaudieron al psicólogo, que, vitoreado, aceptó la invitación a brindar por la psicología en casa del granjero.
Un momento después, cuando los animales se quedaron solos, el caballo le preguntó a la vaca:
-Oye, ¿qué ha pasado? Semanas sin leche y, ahora, despueés de que ese jovenzuelo te haya dicho vete a saber qué, te pones a dar y dar...
-Conciencia de género -dijo la vaca-, y ese muchacho lo comprendió en seguida.
-No lo entiendo -dijo el caballo.
-Como dice la hija del granjero -explicó la vaca -, nos halaga que todos los hombres quieran siempre tocarnos los pechos; pero estamos hartas de que no se les ocurra nunca hablarno de amor.
JORGE BUCAY
¿POR QUÉ NO RECORDARLE A QUIEN DE VERDAD TE AMA QUE, A PESAR DE QUE CONOCES SUS SENTIMIENTOS, A TUS OÍDOS LES SIGUE ENCANTANDO ESCUCHAR SU VOZ CUANDO DICE QUE TE QUIERE?
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