domingo, 17 de octubre de 2010

CENA PARA DOS

Hablas. Hablas aquí enfrente como si nada.
Apenas puedo asimilar que estoy contigo y nadie más,
que lo he vuelto a consentir, que es mayor el deseo de sentir
que el temor a volver a sufrir.

Me pierdo en tu mirada, en el brillo de tus ojos
intentando rebuscar,
y encontrar una aguja en un pajar.
Algo que diga que ha cambiado tu forma de pensar,
que ya no eres como antes,
que por mi, contra gigantes.

Quisiera ir de tu mano y no soltarte al caminar
pero ése es un sueño que no puedo despertar.

Bonita la velada y mejor la despedida.
Sabe Dios la agonía que pasé
aferrada entre tus brazos, ¡cuántas noches te añoré!
Aún no sé cómo hice trizas corazón y actue con la razón
será que de tanto sufrimiento, poco y a poco y aprendiendo
aunque me cueste, me voy protegiendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario